Agustín Rossi, de tener un pie afuera de Boca a darle la estrella N°73 al xeneize

Boca se consagró este domingo campeón de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), luego de empatar con Independiente 2 a 2 en una Bombonera que pasó por todas las emociones y estalló de felicidad, de manera particular, gracias a la victoria de River ante Racing (2-1) en Avellaneda. Pero este torneo fue largo y pocos recordarán que antes del Hugo Ibarra campeón, el xeneize estuvo comandado por Sebastián Battaglia.

Luego de 55 partidos dirigiendo la primera división de Boca (y menos de un año en el cargo), Battaglia había dejado de ser el técnico del club de la Ribera en julio de este año. Así lo confirmaba por Twitter la cuenta oficial del club el miércoles 6 de julio por la noche. Dejó en el haber dos títulos: la Copa Argentina en 2021 y la última Copa Liga Profesional, y un total de 29 triunfos, 16 empates y 10 derrotas.

La decisión fue tomada por el Consejo de Fútbol, con Juan Román Riquelme a la cabeza, luego de la temprana eliminación por penales contra el Corinthians por los octavos de final de la Copa Libertadores de América. A pesar de las dos estrellas que el ex jugador sumó a las vitrinas del club, el DT nunca terminó de convencer en materia futbolística ni a los hinchas ni a los dirigentes. Desde que está al frente del equipo (su debut fue el 21 de julio del 2021), Sebas no encontró el rumbo ni el funcionamiento.

Boca, de echar a Battaglia en una estación de servicio al quinto título de la era Riquelme

Para colmo, sus declaraciones tras la derrota con el Timao fueron incendiarias. “He tenido la posibilidad de pedir lugares que teníamos que mejorar en cuanto a recambio, pero no fue así y uno trata de hacer lo mejor con el plantel que tiene”, declaró en conferencia de prensa. Al día siguiente, tras percibir la polémica que generaron sus dichos, quiso aclarar la situación: “Se está instalando de cómo tomó el plantel mis declaraciones de ayer. En ningún momento pensé agredirlo ni mucho menos. Dije que estoy muy orgulloso de lo que se vio en cancha y que me sentí representado por los jugadores. Después es fútbol, fue una noche en la que no pudimos marcar el gol y quedamos afuera”.

El flamante ex DT se reunió con el Consejo de Fútbol en una estación de servicio y en esa charla le comunicaron la noticia: desde el día de la fecha debe abandonar su cargo. El presente de Boca Juniors distaba de ser el mejor y, de hecho, estaba sumergido en una crisis que parecía no tener final. El dramático presente de la institución comandada por Jorge Amor Ameal había iniciado con la eliminación prematura en los octavos de final de la Copa Libertadores en una ajustada derrota por penales contra Corinthians.

A partir de aquella derrota, los trapitos salieron al sol y trascendieron numerosos conflictos entre los futbolistas y el famoso Consejo de Fútbol liderado por Juan Román Riquelme. Todo comenzó segundos antes del inicio del partido en la Bombonera frente al conjunto de Brasil. En el túnel, una de las cámaras de la transmisión captó la polémica arenga de Darío Benedetto (quien erró dos penales durante el encuentro) apuntando contra la dirigencia Xeneiza. “Una cosa, ayer nos trataron de perdedores. Así que demostremoslé a estos hijos de puta que nosotros queremos ganar. Que nosotros somos ganadores”, exclamó.

Según trascendió, el disgusto con el Consejo de Fútbol arrancó a partir del reclamo de los futbolistas por varios premios adeudados y el porcentaje que cobrarían por la presente edición de la Copa Libertadores. A partir de la derrota ante el Corinthians en la Bombonera, la directiva despidió a Battaglia de la dirección técnica del club y formalizó que Hugo Ibarra, Leandro Gracián y Roberto Pompei quedarán a cargo del primer equipo.

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Como primera medida, Ibarra había decidido sacar del equipo titular a Carlos Izquierdoz, quien, como capitán y voz cantante del plantel, tuvo una fuerte discusión con la dirigencia en aquellas reuniones. El central se mudó a la Segunda División de España y de manera casual, a partir de ahí el Xeneize no paró de sumar y, sobre todo, ganar. Primero tuvo que tolerar algunos pocos tropezones, como contra San Lorenzo. Incluso, Ibarra se bancó la derrota dura ante el “Ciclón” y 48 horas después fue presentado como el técnico hasta diciembre.

Se vinieron momentos duros y partidos difíciles con las derrotas ante Argentinos y Patronato, mientras la critica de afuera y de adentro empezaba a ser despiadada. En el medio las recriminaciones pelea de por medio entre Benedetto y Zambrano en el entretiempo del empate 0 a 0 ante Racing. Ahí como en un rompecabezas empezó armar ficha por ficha, primero tratar de unir a los jugadores, luego que la relación que había quedado rota entre los integrantes de la secretaría de fútbol y los referentes se empezara a componer.

Después hablarle a su amigo Román para que se acerque más al plantel y en lo futbolístico tratar de confiar en los juveniles que el había tenido en la reserva. Los asados de los viernes todos juntos en el predio de Ezeiza, mitad mística y mitad cábala, servían para unir más a los dirigentes con los futbolistas. Y empezaron a venir los triunfos y lo que parecía un semestre perdido empezaba a darse vuelta con la victoria ante el Atlético Tucumán líder hasta ese momento con los goles del pibe Langoni.

Y si faltaba afirmarse llegó el triunfo a lo “Boca” ante River, a pesar de las lesiones, los juveniles aparecían y se empezaba a hablar de su continuidad en el 2023. En su momento de mayor apogeo, estuvo su equipo 15 fechas sin conocer la derrota, volvió a mostrar su humildad para hablar de su trabajo: “Mi juez es el hincha de Boca. El es el único que me puede juzgar y yo le estoy siempre agradecido”.

Ver a Benedetto o a Rojo sentados en el banco de suplentes ayudando a los chicos desde afuera con sentido de pertenencia era la demostración que en lo interno había otro Boca. El último partido ante Independiente los dos referentes del vestuario lesionados quisieron estar concentrados con sus compañeros a la espera del encuentro decisivo.

El técnico sabe que en ese sentido su trabajo junto a Gracian y Tito Pompei había servido y mucho, pero también que el equipo a los largo del torneo tuvo deudas en su juego. Esa es la materia que le quedo pendiente aunque igual le alcanzo para consagrase como justo ganador de la Liga Profesional 2022. A la espera de las posibles obtenciones de la Copa Argentina y la Copa de Campeones no quiere referirse a su futuro pero sabe que los resultados mandan. “No pienso en eso”, sostuvo el DT campeón cuando le preguntaron sobre una posible renovación de su contrato. Por ahora, en silencio y con la palabra justa ya quedó como técnico campeón en la historia de Boca.

Fuente: BigBangNews