“Lucas acaba de morir”. Esa fue la frase con la que el tío de Lucas González confirmó el fallecimiento del joven de 17 años que había sido baleado ayer por efectivos de la Policía de la Ciudad, en un nuevo de gatillo fácil. En horas de la tarde, el presidente Alberto Fernández tenía previsto recibir a la madre del menor. Pero el fallecimiento cambió todo.
Según habían confirmado, el encuentro había sido pactado para las 19, después de que Cintia González, la mamá del futbolista de Barracas Central, enviara un mail a Casa de Gobierno para pedirle ayuda al presidente. Al enterarse del caso, Fernández se comunicó por teléfono con ella y coordinaron la entrevista que no se pudo dar.
En una serie de tuits, Fernández escribió un mensaje de apoyo a la familia de Lucas: “Quiero expresar toda mi solidaridad con la familia de Lucas González. Mi compromiso con su madre Cintia y su padre Mario en este momento tan doloroso”.
Quiero expresar toda mi solidaridad con la familia de Lucas González. Mi compromiso con su madre Cintia y su padre Mario en este momento tan doloroso.
Pondremos todos los recursos del Estado a disposición para poder llegar a la verdad y justicia.
— Alberto Fernández (@alferdez) November 18, 2021
Y agregó dos conceptos fundamentales en un momento difícil para el entorno del adolescente: “Pondremos todos los recursos del Estado a disposición para poder llegar a la verdad y justicia”. Par finalizar, escribió: “No es posible que policías que deben estar al servicio de la seguridad de argentinos y argentinas, terminen con la vida de gente inocente”.
No es posible que policías que deben estar al servicio de la seguridad de argentinos y argentinas, terminen con la vida de gente inocente.
— Alberto Fernández (@alferdez) November 18, 2021
Un par de horas antes, Mario González, el padre del futbolista, dijo: “Como cada mañana, Lucas viajó de Florencio Varela hasta Barracas Central, donde juega; ayer fue con tres amigos. Cuando terminaron el entrenamiento, salieron en auto y pararon en un kiosco. A las dos cuadras los interceptó un coche de donde bajaron policías de civil, quienes sin mediar palabras empezaron una ráfaga de balas; dos de los tiros dieron en la cabeza de mi hijo. Quisieron instalar que Lucas tenía un arma, pero lo único que tenía mi nene eran los botines y las canilleras. Nunca hubo balaceras, ¡fue víctima de gatillo fácil!".
Y completó: "Estaban de civil, sin chalecos, sin chapas, sin uniformes y sin identificación… A Lucas lo acribillaron. Anoche, un cuerpo de la Brigada de la Policía de la Ciudad le dijo a mi mujer que estaban “completamente arrepentidos y avergonzados de lo que había pasado”, y que quedaban a disposición, como si no hubieran sido ellos mismos quienes me lo devolvieron así. Esto pasa porque es un pibito que le gusta andar bien vestido, usar viserita y zapatillas, porque estamos marginados, porque somos humildes y piensan que somos basura".
Fuente: BigBangNews