Crearon un jabón para su hijo con autismo y ahora son la primera Pyme con cosméticos 100% naturales

No hay mejor forma de crear que hacerlo con amor. Y eso lo saben a la perfección Florencia Villamil Delfabro e Ignacio Conde, los dueños de BotiK Puro, la primera empresa de cosmética e higiene bionatural de Argentina. Es que su historia y la de su emprendimiento nació del cuidado y el amor a su hijo Santino.

Hace 12 años, la pareja que vive en Los Cocos, en las sierras de Córdoba, buscaba un jabón adecuado para su hijo. Es que Santino, que sido diagnosticado dentro del espectro autista, tenía intolerancia extrema a los productos de origen sintético. En aquel entonces, Argentina no contaba con ningún producto cosmético natural en el mercado local.

¿Qué decidieron hacer Florencia e Ignacio? Investigaron y decidieron que ellos mismos harían un jabón para su pequeño. Después de un tiempo de investigación y de mucho estudio, ya que ella era artista plástica y él artesano, le pidieron a un laboratorio que realizara el primer producto. Funcionó. Pero ellos fueron por más. En 2011 lanzaron su primera línea de jabones.

Fue un éxito total. Era el primer jabón 100% vegetal, certificado apto para bebés, embarazadas e hipoalergénico, sin aditivos químicos sintéticos, veganos y sin derivados del petróleo. Así nació BotiK Puro. Las ventas crecieron año a año. Mientras producían jabones, la pareja diseñaba un nuevo producto: el shampoo.

"Boti-k es una carrera de milagros, porque todos los ‘no' del principio se borraron. Los laboratorios se flexibilizaron y aceptaron nuestra propuesta. Después se comprometieron, por un nene como Santino y un montón más como él", le contó Villamil Delfabro a BigBang. En la actualidad, BotiK cuenta con más de 180 productos, se vende en todo el país y exporta a Rusia y a Taiwan.

-Vayamos desde el principio. ¿Cómo nació su emprendimiento?
-Nosotros empezamos hace 12 años a desarrollar estos productos de cosmética e higiene. En su momento, el jabón era el producto inicial que necesitábamos por una cuestión personal. Nosotros tenemos dos hijos y Santino, que es el mayor, al año y medio de vida empezó con un montón de problemas metabólicos, alergias alimenticias, alergias en la piel, y mandamos a hacer a Estados Unidos y a Europa distintos estudios médicos para saber que tenía. En ese momento, en Argentina no podían determinar qué le pasaba. Nos mandaron los resultados y los médicos nos empezaron a pedir que dejáramos de usar componentes y ciertos productos químicos que se usan en la usan en las industrias de la cosmética y en la de la alimentación. Entonces empezamos a cambiar un montón de hábitos. Así empezamos productos afuera. Al que viajaba, le pedíamos un jabón o un shampoo para Santino. Pasaron un par de años hasta que nos dijimos que era una locura que no existiera un jabón para bañar a nuestro hijo que sea seguro. En ese momento viajamos a Paraguay, a Brasil, perdimos las muestras y de milagro, apareció una jabonera que nos podía hacer una cantidad pequeña de jabones. Por eso decimos que BotiK es un poco una carrera de milagros. Así tuvimos las primeras muestras. Ellos eran un poco incrédulos de que pudieran hacer el jabón que nosotros les pedíamos y que sea sin químicos, sin blanqueadores, y sin espuma artificial. Y cuando nos dieron la primera muestra, el dueño que era un hombre grande nos dijo: “Hace 50 años que hago jabones y este es el primero que hago con todos estos requisitos. Se pudo hacer y es el mejor jabón que hice en mi vida”.

-¿Cuándo deciden dar el paso comercial y cómo fue ese momento?
-En su momento sólo teníamos tres jabones. Esa era toda la línea de cosmética que teníamos para vender. Pero nos atrevemos a decir que fuimos la primera empresa con una línea cosmética hecha con productos naturales en Argentina. Nosotros teníamos un pequeño departamento en Martínez, nos habíamos mudado a una casa en Córdoba y decidimos venderlo. Esa fue nuestra primera inversión. Iniciamos el proyecto de a poco.

-¿Y cómo fue encarar un proyecto de cosmética sin saber técnicamente nada sobre el tema?
-Nosotros veníamos de otro palo. Mi compañero es artesano y es astrólogo. Yo soy artista, diseñadora y hacía trabajos de arte más que nada. Y se nos ocurrió emprender esto sin tanta conciencia de lo que nos esperaba más adelante, pero si bien fueron años difíciles por las oscilaciones del país y sus políticas, pudimos seguir. Y crecimos. De tener una línea con tres productos ahora contamos con más de 180 productos y hace 10 años que existe BotiK. Tenemos varias líneas con sus variedades.

-¿Cuáles fueron los primeros productos que sumaron?
-Al primer jabón que era nuestra primera necesidad, que era un jabón neutro, le sumamos, después de dos años de desarrollo, el shampoo. Es que en ese momento no había materias primas de productos vegetales y libre de sintéticos, entonces hicimos el desarrollo de la materia prima natural.

-¿Dónde se compran sus productos?
-Hoy en día estamos en todas las líneas de farmacias y también en dietéticas o comercios de productos naturales. Estamos en todo el país. En algún momento tuvimos locales propios en dos shoppings diferentes y otro local propio en Palermo, pero era otro concepto en aquel momento sino que habíamos aunado un montón de productos naturales.

-¿Cuál fue el último producto innovador que hicieron en el último tiempo y que no estaba en el mercado?
-Hace un año y medio, tras un largo desarrollo, hicimos la línea anti age, que es un serum que tiene ácido hialurónico de origen vegetal, que no existe en el mercado porque todos los productos anti age con ese ácido es sintético y en algunos casos está contraindicado. Entonces empezamos a investigar cómo hacer que este compuesto sea de origen botánico y lo encontramos. Así que pudimos lanzar el serum anti edad de contorno de ojos y una crema con el mismo ingrediente y con fórmula 100% vegetal.

-¿Cuántas personas trabajan en BotiK?
-Empezamos siendo tres y hoy en día somos 22 personas. Nosotros no contamos con laboratorio propio. En tanto, la parte de logística se maneja desde un depósito que tenemos en Buenos Aires y también las oficinas comerciales. En tanto, la oficina creativa funciona en Los Cocos, en las sierras de Córdoba, donde vivimos hace ya 15 años y donde nació todo este emprendimiento a la distancia. En ese momento, teníamos 240k de internet, imaginate lo que era trabajar con esa velocidad y enviar diseños o lo que fuera. Y hoy en día nos manejamos desde acá pero viajando bastante seguido. La pandemia y la consecuente cuarentena nos ayudó a estabilizar un poco para no que no haya tanto movimiento. Y si bien trabajábamos a la distancia con grupos de WhatsApp, o videoconferencia, ese cambio no fue tan brusco.

-¿Cómo está Santino ahora que fue, en parte, el impulsor de este emprendimiento?
-Cuando nos piden que contamos la historia, contamos desde los inicios. Hoy Santino es un adolescente, tiene 16 años, su diagnóstico fue cambiando por 10 años. Y hace un tiempo empezamos un tratamiento neurológico y empezamos a entender un poco todos sus desafíos inmunológicos y metabólicos. Contra todos los pronósticos que nos habían dado, Santino está increíble. Está sano. Es un toro. Nos dijeron que nunca iba a caminar y ahora anda corriendo por el monte de las sierras.

-¿Cómo fue para vos ser una emprendedora y en su momento, combinarlo con la maternidad y el tiempo que eso lleva?
-Hicimos magia (se ríe). Yo siempre digo que BotiK fue posible por las personas que formaban parte del equipo. Los primeros años, obviamente, estuve más abocada a todos los tratamientos de salud de Santino, y buscando darle en la tecla en los temas médicos. Santino tiene una hermana que hoy tiene casi 14 años, así que fueron seis o siete años de mucha maternidad y mucha búsqueda en la medicina, así que Ignacio, mi compañero, fue quien viajaba mucho más o se ocupó más de la logística y de que todo funcione, mientras yo estaba dedicada al diseño y al desarrollo y formulaciones.

Fuente: BigBangNews