Enfermedades cardiovasculares: el impacto de la pandemia y sus secuelas

El 29 de septiembre fue el Día Mundial del Corazón, fecha en la que se concientiza acerca del cuidado de la salud cardiovascular y la importancia de tomar medidas rápidas al experimentar síntomas relacionados con enfermedades cardíacas. De hecho, a raíz de la pandemia del coronavirus, los cuidados en la salud médica y las visitas a consultorios disminuyeron, creando la posibilidad de no detectar a tiempo estas enfermedades.

Por ejemplo, tal como muestra un estudio de Cuidando tu corazón, entre mayo y octubre de 2020, es decir, apenas comenzada la primera ola de la pandemia, un 15,3% de los pacientes internados por el virus presentó afectaciones en su corazón. A su vez, los datos señalan que hubo un 19,3% de mortalidad global, cifra que alcanzó al 48% entre quienes atravesaron complicaciones cardíacas.

De ese porcentaje inicial (15,3%), la patología más frecuente fue la insuficiencia cardíaca, en el 43,5% de los casos. Algunos desarrollaron esta condición porque el virus compromete al músculo cardíaco, otros pacientes ya tenían insuficiencia cardíaca de base y -como con cualquier infección viral- se reagudizaba la situación.

Además, dentro de ese 15,3% de complicaciones, un 33% correspondió a arritmias, un 31,1% presentó daño miocárdico, un 11,2% complicaciones tromboembólicas y un 1,9% miocarditis.

Con el objetivo de difundir, educar y asesorar sobre patologías cardiacas para comenzar a prestar atención a los síntomas, hay algunos datos que es necesario conocer:

  • Las enfermedades cardiovasculares son, en conjunto, la principal causa de muerte en Argentina y en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de fallecimientos globales debidos a estas patologías ha aumentado en algo más de 2 millones de personas entre el 2000 y el 2019, llegando prácticamente a 9 millones de decesos en 2019.
  • Las personas que no hacen actividad física suficiente tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades de morir prematuramente, que aquellas que hacen actividad física suficiente. Por tanto, la inactividad física es un factor de riesgo clave para la aparición de las ECV, cáncer y diabetes
  • Se estima que la exposición a productos derivado del tabaco es responsable del 10% de todas las muertes ocasionadas por ECV.
  • Se estima que para el 2030, casi 23.6 millones de personas padezcan una condición cardiovascular

Las principales patología cardiovasculares son 4, y resulta mucho más comunes de lo que se cree.

Una de ellas es la estenosis aórtica, la cual afecta a una de las válvulas más importantes del corazón: la válvula aórtica. Esta válvula conecta al corazón con la arteria principal (aorta) y permite la salida de sangre oxigenada a todo el cuerpo. La estenosis, es decir la constricción o estrechamiento, impide que la válvula aorta pueda abrirse y cerrarse apropiadamente, reduciendo la capacidad de bombeo del corazón. Esto puede ocasionar insuficiencia cardíaca o incluso la muerte repentina en los casos más avanzados.

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Una de las causas más comunes es la acumulación de depósitos de calcio en la válvula aórtica, que aumenta con la edad. Esto hace que la válvula aórtica se endurezca y se estreche con el tiempo.

  • Se calcula que 5% de las personas mayores de 65 años tiene algún grado de estenosis aórtica. A mayor edad, aumenta el riesgo de desarrollar estenosis aórtica severa.
  • Más de la mitad de los pacientes con que no reciben tratamiento, no sobrevivirán más de dos años después de iniciados los síntomas.
  • Aproximadamente 12,4% de la población de 75 años tiene estenosis aortica.

Los síntomas más comunes de la estenosis aórtica son: dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga crónica, confusión y problemas de memoria; desmayos o la pérdida repentina de conciencia. En los casos más avanzados, los pacientes suelen cansarse hasta para realizar las tareas más básicas como comer, vestirse, bañarse o levantarse. El único tratamiento posible- bajo indicación del cardiólogo tratante- es reemplazar la válvula dañada por una nueva (artificial).

En cuanto a la enfermedad del Nodo Sinusal, o también conocida como Disfunción del Nódulo Sinusal o Síndrome del Seno Enfermo, es la incapacidad del marcapasos natural del corazón, es decir del nodo sinusal, para crear una frecuencia cardíaca adecuada a las necesidades del cuerpo.

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El ritmo cardíaco irregular impide que la sangre sea bombeada de manera eficiente al resto del cuerpo, obstruyendo la oxigenación y distribución adecuada de nutrientes. Muchas personas que presentan la enfermedad del Nodo Sinusal, con el tiempo, necesitan un marcapasos para que el corazón mantenga un ritmo regular. Es una patología en alza por el envejecimiento de la población.

Las enfermedades eléctricas del corazón no son prevenibles, pero sí se puede enseñar a detectar sus síntomas precozmente. El examen básico de diagnóstico es el electrocardiograma, pero también se puede hacer un Holter o un test de esfuerzo. La recomendación de los especialistas es estar atento a los síntomas y controlarse periódicamente.

Los síntomas pueden ser leves o intermitentes, lo que hace difícil reconocerlos al principio, a saber:

  • Fatiga crónica.
  • Mareos y desmayos.
  • Dolor en el pecho. Puede ir acompañado de palpitaciones o ritmo lento.
  • Confusión o problemas de memoria.
  • Dificultad respiratoria.

Por su parte, la Insuficiencia Cardíaca (IC) es una condición en donde el músculo cardíaco se debilita y no es capaz de bombear la sangre eficientemente. El término insuficiencia cardíaca no significa que el corazón haya dejado de bombear; sino que el músculo cardíaco no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades de su organismo. Se estima que una de cada 5 personas puede esperar vivir con IC en algún momento de su vida. Además, se sabe que la insuficiencia cardíaca es la primera causa de las hospitalizaciones imprevistas.

Los pacientes de IC tienen una calidad de vida disminuida, problema con actividades diarias e incremento en ansiedad y se sabe que el 50% de las personas diagnosticadas con Insuficiencia Cardiaca morirán dentro de los siguientes 5 años.

La insuficiencia cardíaca es una condición progresiva, por ello es posible que no se experimenten síntomas al inicio, pero -con el paso del tiempo- la capacidad de bombeo del corazón se debilitará y es posible experimentar algunos o todos estos síntomas:

  • Hinchazón en el abdomen, en las piernas y en los pies.
  • Dificultad para dormir, para respirar y fatiga crónica.
  • Tos con esputo espumoso.
  • Aumento de la micción nocturna.
  • Confusión o problemas de memoria.

Según su gravedad tiene tratamiento farmacológico y/o con un dispositivo de resincronización cardíaca.

En cuanto al infarto al Miocardio, se trata de la muerte de las células de un órgano o parte de él por falta de flujo sanguíneo, debido a una obstrucción o estrechez de la arteria que le lleva sangre. Las arterias coronarias se estrechan, el oxígeno no llega al musculo y mueren las células del tejido que no reciben sangre. Las arterias coronarías son las arterias que llevan sangre al corazón y se pueden estrechar por distintas causas, las más comunes son un coágulo de sangre y depósito de grasas en las paredes, acción que se va produciendo progresivamente.

En la mayoría de los casos, no se presentan todos los síntomas sino una combinación de algunos de ellos:

  • Dolor tipo opresivo en el centro del pecho que no se modifica con los movimientos ni con la respiración, de alta intensidad. A veces, ese dolor se irradia hacia mandíbula, cuello y brazo izquierdo. Se puede asociar a sudoración y mareo.
  • Dolor en la parte alta del abdomen y en el pecho, dificultad para respirar, náuseas y ganas de vomitar.

Identificar a tiempo un IAM permite acceder a tratamiento adecuado, principalmente con angioplastia y trombólisis, disminuyendo la posibilidad de secuelas si la atención se realiza idealmente antes de cuatro horas de iniciados los síntomas. Para detectar el riesgo cardíaco se realiza una valoración por medio de exámenes clínicos o procedimientos diagnósticos indicados por médicos internistas o cardiólogos.

Fuente: BigBangNews