Una historia de discriminación, pasión y esfuerzo: Central y el sueño de hacer historia

En 2019, la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) determinó que el fútbol femenino dejaría de ser amateur para transformarse en profesional y a partir de ahí, las cosas cambiaron rápidamente para todas las jugadoras que llevaban años en lucha siendo ignoradas. Antes de que el fútbol femenino se profesionalizara, lo único que hacían era jugar por amor a la camiseta que representaban.

De esta manera, con una gran presión social en las calles y en las canchas, el 16 de marzo de 2019 la AFA anunciaba la profesionalización del fútbol femenino con una condición: los clubes de Primera A debían tener un mínimo de 8 contratos por plantel, aunque el sueldo que iban a ganar las jugadoras era equivalente al salario de un futbolista de Primera C masculina. Lo cierto es que se requirió de un esfuerzo por parte de todas las instituciones de comprometerse con la disciplina para que no queden en vano todos los proyectos a realizar, y así fue como empezó a tomar más valor, más rodaje y más profesión, para que hoy en día, se refleje en un torneo que vibra hasta el final.

Después de más de 30 años en los que siempre se consagraban los mismos equipos, Rosario Central podría romper con la hegemonía que tiene la competencia este sábado, cuando enfrente a Racing Club. De ganar, y a la espera de lo que ocurra con Boca y la UAI de Urquiza, el equipo rosarino quebrará aquella hegemonía que indica que a la final llegan siempre los mismos equipos. Es un hecho, que el Canalla va en busca de hacer historia.

Los registros, del año 1991 hasta la actualidad, marcan que en todos los torneos disputados, siempre se consagraron los mismos cuatro: Boca, que lo hizo 26 veces, River con 11 título, UAI Urquiza que cuenta con cinco trofeos y San Lorenzo en tres ocasiones. Pero quitándolos a ellos, nunca hubo otro que intente pelear por la cima de la tabla o que llegue con posibilidades de consagrarse en el último partido del torneo.

O al menos así lo era hasta que llegó Rosario Central para abrir una puerta de lo que podría ser una nueva historia que tiene el deporte femenino en el país.

Sin dudas que para llegar hasta este lugar el equipo Canalla tuvo que afrontar diversas circunstancias poco amigables en el club, pero como todo tiene su recompensa, podría estar abierto a un hecho histórico que es nada más ni nada menos que ser campeonas en primer lugar y en caso de que los resultados no acompañen, podría disputar un triangular junto a Boca y UAI Urquiza para ver cual de los tres equipos se lleva el trofeo.

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La historia que debieron atravesar para llegar fue dura y comenzó a principios del año pasado, cuando Central se volvió envuelto en un escándalo mediático por diversas denuncias por parte de las jugadoras por "discriminación". Las acusaciones fueron presentadas en el INADI y pasaron a legales contra su ex entrenadora, que al finalizar la competencia presentó la renuncia. En su momento, una histórica referente del plantel quedó apartada del equipo por vincularse amorosamente con una compañera, algo que fue mal visto por los dirigentes y por su entrenadora, lo que hizo que inmediatamente le cerraran las puertas del club a pesar de llevar años dentro de la institución.

En la misma línea se vieron otras futbolistas que también declararon su descontento con los que se estaban haciendo cargo del primer equipo de fútbol. En vez de orientar a un camino de grandeza, se enfrentaban día tras día a diversas problemáticas y desolación total. Sin embargo, la solución estaba a la vuelta de la esquina: elecciones. En diciembre, justo el mismo día en que se disputó la final del Mundial en la cual Argentina se consagró campeón, los socios del Canalla tuvieron la oportunidad de votar por el futuro del club y eligieron a nuevas personas para que se hagan cargo: Gonzalo Belloso como presidente y Carolina Cristinziano de vicepresidenta.

Parece que el camino que tenían que construir, empezó justamente por aquella dupla que asumió. Y para que eso suceda, debieron hacerse la primera pregunta central: ¿Cómo hacer para que el fútbol femenino crezca? Su respuesta fue apostar a la disciplina e intentar emparejar las cotidianidades que posee la primera división del fútbol masculino con ellas y así realizar un camino a la par.

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Rosario Central se convirtió en pionero de diversas acciones que tienen un solo fin: su propio crecimiento. Es el equipo que más veces abrió las puertas de su estadio para disputar el torneo. En cuanto al plantel, posee más de la cantidad requerida de contratos profesionales y es sobre todo, el primer equipo del interior en competir en AFA tanto en la máxima categoría como en inferiores también.

El crecimiento no parte desde la base de cuánto o cómo entrenan las jugadoras, sino también requieren de un apoyo por detrás de ellas que se da en base a cómo actúan los dirigentes para y por el fútbol femenino. Entonces, Central sabía que quería, además de todo lo mencionado, ser pionero en romper la hegemonía del fútbol femenino de Argentina, que tiene hace 32 años a los mismos cuatro equipos peleando en la cima. Un cambio de dirigencia y un cambio de entrenadora, pudo haber sido todo lo que necesitaban para que hoy, un equipo del interior pueda ser el primer equipo campeón por fuera de Buenos Aires.

Fuente: BigBangNews